martes, 25 de diciembre de 2007

Sangre

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Sangre…roja…El vestido otrora blanco se encontraba teñido por el rojo de su sangre…
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Habían pasado varios meses desde que llegara a ese majestuoso lugar, sin nada más que un vestido raído por el paso del tiempo y una capa gris que solo era capaz de reflejar la tristeza de su alma. Una tristeza que evocaba lo solitario de su camino.

Aún así, aquellas gentes la habían acogido como una más; ofreciéndole un lugar donde dormir, comida y sobre todo, amistad. Muy pronto, empezó a reconocer aquellos parajes como familiares y a sentir un inmenso afecto por las personas que, tan generosamente, la habían hecho formar parte de sus vidas. Durante mucho tiempo pensó que allí estaría segura…pero se equivocaba.

Ahora se encontraba allí, en mitad del campo de batalla en el cual se había convertido el gran patio del palacio que vigilaba la ciudad. Todo eran gritos y dolor, los soldados intentaban retener las hordas de enemigos que luchaban por reducir la última resistencia que quedaba en todo el reino. A lo lejos, podía observar como Jurg embestía impotente con su lanza a uno de esos seres. ¿Acaso no había nada que pudiese detenerlos? Sí, si lo había, y ella era consciente de lo que habría de sacrificar para hacerlo, aunque aún no estaba dispuesta a darlo todo por perdido.

Desde la gran escalinata de acceso a la edificación podía observar en su totalidad el combate. El intrincado recogido de su pelo se hallaba deshecho dejando caer los oscuros cabellos sobre su pálida tez; que acentuaba aún más su blanquecino color gracias al resplandor de los relámpagos. Pareciese como si la propia tormenta que oscurecía el día hubiera esperado a ese mismo instante para desatarse con la mayor furia.

_Esto es un caos…_ pensó, y tras empuñar de nuevo a mizutsuki corrió escalinata abajo en dirección a uno de esos extraños seres que tan bien conocía.

El demonio la miró entonces como burlándole de su presencia. Que equivocado estaba, ella no era un humano cualquiera, ni tan siquiera era humana, pero pronto podría descubrirlo por sí mismo. La primera embestida lo pilló por sorpresa, aunque con torpeza fue capaz de esquivarla. No tuvo tanta suerte con la segunda, un golpe certero de mizutsuki en el pecho hizo que parte de su carne se desgarrara, y que lo que parecía ser una sangre espesa de color azabache empezase a salir a borbotones. El extraño ser parecía no poder salir de su asombro, pero no tardo mucho en reponerse. Atacó entonces con una furia descomunal a la pequeña figura, que con gráciles movimientos empezó a esquivar cada uno de sus golpes. La frustración empezó a dibujarse en el rostro de tan horrenda criatura descentrando por completo su atención. La dama, aprovechó uno de estos quites para herir su costado. La bestia dio entonces un fuerte alarido mientras desesperada intentaba que mizutshuki dejara de hundirse en su cuerpo...

_¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOO!!!!!_gritó la Dama.

En ese momento, Jurg se dirigía hacia el demonio con su lanza en las manos; la bestia aprovechando la distracción la empujó entonces con sus garras. Mientras caía al suelo pudo ver como su amigo era estampando contra la muralla por la fuerza descomunal de un golpe de ese ser. El yacía allí, inmóvil… entre tanto su adversario intentaba reponerse del último ataque sufrido.

No podía ser, no era cierto, Jurg no podía estar muerto, no por ayudarla, no en ese momento… pero durante el tiempo que tardó en incorporarse pudo apreciar como el cuerpo de su compañero permanecía inerte junto a la muralla ya casi derruida.

La desesperación y la ira se fundieron entonces en el alma de la dama. Todo en lo que había creído, todo por lo que había luchado, aquel lugar al que empezaba a considerar su hogar, todo estaba siendo destruido por aquellos seres… la gente que conocía, sus amigos, todos estaban luchando, estaban… muriendo. Sí, Jurg había muerto…
¿Qué necesidad había de tanto sufrimiento? ¿Por qué? ¿Por qué tanto dolor, tanta muerte, tanta destrucción…? ¡¡¡¡¡¡¡¿¿POR QUE??!!!!!!!_gritó.

La tierra tembló, en un espasmo que habría hecho que el universo se parara. La tormenta pareció quedarse muda. De píe, en mitad de la batalla, una figura menuda vestida de negro, con la cara empapada en lágrimas, alzó su brazo empuñando a mizutsuki. Entonces, el cielo se abrió, y bajo la luz de un nuevo día, la misma figura pareció ser otra, y su katana quedó envuelta en un extraño halo plateado.

Todo pasó muy rápido, el demonio no tuvo tiempo de reaccionar. Apenas estaba recuperándose de sus heridas cuando se vio sorprendido por la afilada hoja. Su cabeza cayó al suelo en un hueco sonido. Su vida quedó sesgada sin contemplaciones, al igual que lo fuera la de Jurg. Y la oscuridad volvió a hacerse con el lugar.


La lluvia volvía a caer con fuerza mezclándose en el suelo con los cadáveres y la sangre derramada. Los relámpagos iluminaban el patio del palacio, haciendo la escena aún más macabra. De la misma forma, el sonido de los truenos acompasaba el ritmo de los combates que aún se desarrollaban ajenos a lo que había sucedido. Junto a la muralla podía apreciarse como una pequeña figura cobijaba entre sus brazos un cuerpo inmóvil. Su cara se hallaba desencaja, los bordados de su vestimenta pasaban del verde más intenso a un color bañado por la sangre…

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_...umm… ¿Qué ocurre?... ¿donde estoy? _una débil voz la sacó de sus pensamientos.

Allí, en mitad del claro, junto al arroyo, descansaba el guerrero.

_No intentes levantarte_ dijo ella.

Era noche abierta, el bosque estaba lleno de sonidos y una gran luna llena hacía del lugar algo más mágico, si es que eso era posible. La misma luna también permitía ver a través de las aguas como los peces, divertidos, jugaban con las corrientes. La Dama se encontraba recostada al amparo del viejo roble, como tantas otras veces, mientras contemplaba la figura del guerrero, recostado a la orilla del arroyo. Entonces, se levantó y se dirigió hacia el lugar donde se encontraba él. Cuando estuvo a su altura, se sentó a su lado.

_ ¿Donde estoy?_preguntó él.

_ Estás en un lugar seguro. Un lugar donde nada ni nadie puede hacerte daño._contesto ella con una voz tan dulce que hasta el propio bosque hizo un silencio para escuchar.

_ Yo…no…Me atacaron…no pude hacer nada contra esos seres…me hirieron _ replico él, apenas sin poder hablar.

_ No te preocupes, como ya te he dicho, aquí estarás seguro; y tu herida sanará pronto_ dijo ella mostrando una leve sonrisa. En ese instante el guerrero se percató de algo.

_ Tu vestido… ¿está lleno de mi sangre? _ dijo.

Un leve atisbo de tristeza se dibujo en los oscuros ojos de la Dama, pero su rostro no se inmuto mientras decía:

_ Sí, no pasa nada. Otras veces también ha estado manchado de sangre.




Fragmento de Crónicas del Bosque

sábado, 24 de noviembre de 2007

¿Dos mundos o uno solo?

Una figura se desdibuja en el bosque, ante las aguas heladas del arroyo aparece reflejada la silueta de una mujer. Se encuentra arrodillada frente al ahora pétreo elemento, mientras examina con detenimiento una imagen en su inmóvil lecho. La noche es fría y sin estrellas, una noche vacía, o al menos así parece sentirla ella.


De repente, el crujido de una rama desvía por un momento su atención, aunque ni siquiera hace el intento de moverse; tranquila, sigue contemplando ante las aguas, ahora, su pálido reflejo.


_ ¿A qué estas esperando?_comenta una voz ya familiar.


La Dama tan solo esboza una contenida sonrisa, mientras elude contestar la pregunta. Sentada sobre una de las ramas más altas del viejo roble, que ampara este paraje, se puede entrever una figura de silueta menuda. Esta se camufla en la noche gracias al negro azabache de sus escasos ropajes.


_ ¿A qué estas esperando?_ repite de nuevo la voz; esta vez con uno tono burlón.


Sin desviar la mirada de su reflejo ella contesta:


_ No lo sé.


Una risa aguda cubre ahora los recónditos lugares de este mágico bosque, mientras el eco de la misma empieza a perderse en la lejanía. La menuda figura empieza a balancearse en las ramas del roble hasta quedar suspendida cabeza abajo solo sustentada por sus piernas. El brillo de la creciente Luna permite ahora apreciar su larga melena color plata ondeando al compás de la suave brisa, mientras sus cabellos se enredan en los nuevos brotes del árbol.


_ No puedes esperar aquí eternamente_ replica.


La figura que descansaba junto al arroyo extiende en ese instante su mano hacia las congeladas aguas, que al contacto con sus dedos vuelven a recuperar su forma líquida. Unas suaves ondas empiezan a dibujarse, mientras se van aclarando se puede observar como una nueva imagen aparece reflejada en ellas.


En esta se podía observar a un guerrero agotado, sus vestimentas raídas concordaban con el paisaje desértico en el que se encontraba. Abatido, había detenido su camino para reflexionar, dudando a cerca de si habían merecido la pena tantas batallas libradas… En su rostro se reflejaba un gran sentimiento de pérdida.


Mientras tanto, en el bosque, la Dama a los pies del río contemplaba esa imagen tan familiar y a la vez ajena. Una imagen que había observado durante siglos, un espíritu que siempre le había acompañado, y al que siempre había protegido aún sin el conocerla.


_ Tal vez sea el momento adecuado_ vuelve a replicar la burlona voz colgada del roble.


Tras estas palabras la Dama vestida de blanco se incorpora lentamente sin perder de vista la imagen que las aguas, otrora heladas, le ofrecen. Extiende su mano frente al arroyo y empieza a dibujar con suaves movimientos un portal acompasado por las cristalinas gotas del estanque. Como tantas otras veces ante ella el mundo conocido comienza a cambiar, pero en esta ocasión todo es distinto, en esta ocasión todo tiene otro sentido. En unos instantes se encuentra en una llanura llena de todas las flores conocidas y por conocer, enmarcada en un cielo verdoso de nubes imposibles.


En la distancia puede observar al guerrero al que tantas veces había acompañado en silencio…



El bosque tiene otro matiz, frente al ahora ya vivo arroyo la Dama se recuesta junto al roble, en el que ya no se encuentra pequeña figura de plateado cabello. Lo que antes estaba muerto, ahora vuelve a tener vida; lo que antes estaba vacío ahora se llena con los sonidos de la noche. El murmullo del agua corriendo alegremente completa el idílico paisaje.


Entre tanto, a través de la abundante vegetación, una pequeña silueta inquieta se dirige a las lindes del bosque. Aquellas que para los seres que desconocen de su existencia nunca se muestran. Cuando llega a las ramas del último y primer árbol de la extensión, se detiene como en busca de algo.


No muy lejos, un desconcertado guerrero parece despertar de un sueño. Se encuentra perdido, en un lugar que desconoce pero que no le ofrece desconfianza. Ante el empieza a matizarse la frondosa estructura del lugar, como si de un espejismo se tratara.


Cuando por fin, la imagen aparece nítida ante sus ojos, puede observar como en lo alto de una rama, una muchacha menuda lo mira con una sonrisa pícara.


_Es curioso_ piensa. Pero ese ser le resulta extrañamente familiar.


En ese momento, sin saber muy bien el porque, decide acercarse al borde del lugar; en cuanto se encuentra a una distancia razonable el ser que lo observa desde las alturas dice:


_ Te estábamos esperando. Si quieres encontrar lo que realmente buscas, solo sígueme._


Y sin más comentarios, esta emprende una marcha saltando a través de las ramas de los árboles. El guerrero, aún sin dar crédito a lo que esta viendo, no duda en seguirla a través de los senderos de tan recóndito lugar. Transcurrido un cierto tiempo llega a un claro en el cual se pueden apreciar las ruinas de lo que antes fuese la fuente de un castillo… Se encuentra nervioso ya que cree haber perdido a su guía, pero en ese preciso instante, esta reaparece encaramada a los bordes de la fuente.


_ A partir de ahora, te toca a ti. Tu eliges cual es tu camino _ dice.


Y sin más desapareció de su vista…

domingo, 4 de noviembre de 2007

Cierro los ojos y desdibujo mi figura...

No se si seré capaz de expresar todo lo que siento con palabras, pero al menos voy a intentarlo, más que nada porque necesito hacerlo y porque soy consciente de que este pequeño rincón que yo considero tan mío es visitado por pocos.

Cierro los ojos y desdibujo mi figura...

Hace ya mucho tiempo que partí de ese lugar que consideré tan mío en compañia de dos fantasmas que hoy ya no existen. A lo largo del camino que me esperaba he encontrado a muchas almas, algunas más perdidas que otras, y he aprendido muchas cosas a cerca de lo que me rodea y de mí misma. Lo que ocurre es que lo que te espera a lo largo del trayecto no es siempre agradable y también he descubierto muchas cosas que en su momento preferiría haber desconocido, aunque ahora agradezca el saberlas. Hoy doy por finalizado este viaje que emprendí hace ya mas de 2 años y vuelvo a hacer una parada en este lugar tan mío que durante tanto tiempo he tenido abandonado, en esta ocasión vuelvo sola, sin compañia para poder reflexionar con calma ante las aguas del arroyo helado por mi ausencia. Vuelvo para poder volver a encaramarme en las ramas de los arboles y dialogar con la naturaleza y el espíritu perdidos.

Cuanto tiempo ha pasado ya desde aquellos días, cuantas experiencias, alegrías, decepciones... Y analizando pausadamente, cuantas verdades han quedado a la luz. Para todos aquellos que me habeis acompañado en algún punto del camino, para los que me alegrasteis, los que me habeis decepcionado, los que habeis estado ahí siempre, los que me habeis sorprendido, para las nuevas amistades, para los ausentes aunque siempre presentes, para las almas errantes....para todos vosotros va dedicado este post. Gracias, porque vosotros... vosotros me habeis hecho mas fuerte.

Y aquí estoy de nuevo, mirandome en el agua que refleja la sempiterna Luna de este claro.

sábado, 11 de agosto de 2007

Una de rimas

Los recuerdos se clavan
Como dagas afiladas
Y yo sigo caminando
Como un príncipe sin alas.

Recojo de la penumbra,
Sombras olvidadas
Que se deshacen en mis manos
Como páginas quemadas

Vagabunda de la vida,
Sin rumbo ni sentido
Arrastrada a las penumbras
Por un destino ciego

Dando vueltas
En un lugar sin nombre
Contemplando el orden en la tierra
Y el caos en el universo

Noctámbula sin sentido,
Centinela de deseos sangrientos
Veladora de unos ojos sin fuego
Perdidos en el silencio

Poeta sin poetisa,
Alma sin destierro
Flor de la callada noche oscura
Guardiana hoy de secretos.

Agonía en los labios de la desidia,
Cadáver sin cuerpo,
Sangre que fluye ausente de ritmo
Corazón parado al viento

Mentira de un engaño forzado,
Vacía de sentimientos
Letra que no esconde canción
Llanto que no posee lamento

Tul de un vestido guardado,
Polilla que revolotea dentro
Fantasma que no encuentra paz,
Pluma que se llevo el viento

Sufrimiento sin nombre ni causa,
Tormento de días ajenos
Pesadilla de una noche nublada
Canto sin voz de un jilguero

Blanca nieve hecha plumas,
Raudo y veloz el pensamiento,
Sangre que derraman mis manos,
Sonrisa de arrepentimiento.


PD.- Bueno, estas cosas siguen saliendo cuando sacudo la cabeza, creo que no tengo remedio...

domingo, 15 de julio de 2007

Ya no somos nadie

Es curioso ver como las cosas nunca salen como esperas o exactamente como no querrias que sucediesen. Aún era de día y me encontraba más perdida que de costumbre, hacia cosas que habían quedado en el olvido y que mas que nada ya no formaban parte de mi forma de ser, o al menos eso fue lo que descubrí. Frente al espejo una imagen que hacía demasiado tiempo que no veía, familiar pero ajena me contemplaba con indiferencia y una tristeza en los ojos inusual para la ocasión. Esa mirada estaba vacía, vacía de sentimientos y vacía de sentido. ¿Qué estaba haciendo?¿Por qué lo hacía?¿Por qué no fuí capaz de reconocerme en ese espejo? Hace falta poco para comprender porque la que se miraba en esa superficie no encontraba sosiego en su reflejo a pesar de que otrora ahora distante encontraba la mayor satisfacción en esos escasos momentos. Ya no era lo mismo, no, todo era totalmente distinto...
Aún así, recoges todo del suelo, sonríes y sacas fuerzas de donde creías que no existían para afrontar una noche distinta a muchas otras.
El aire de la noche era fresco, corría cual suave brisa alborotando mis cabellos, pero poseía un matiz distinto, no habia olor a azahar ni a dama de noche, mas bien se reflejaba un sentimiento de ausencia, de algo perdido... a pesar de estar en compañía te sientes extrañamente solo y ajeno a lo que te rodea, todo lo que un día te vio crecer.
Acabé la noche en un lugar que suponía muy cercano y observando como todo lo que en otro momento conocí habia desaparecido y como todo lo que un día me gusto había quedado en mi memoria porque ya no existia, las personas que me rodeaban ya no eran conocidas y las que lo eran estaban tan cambiadas y ausentes como yo, no se si mas bien cabria decir que estaban igual de descolocadas ¿quién sabe? Terminé concluyendo en que "ya no somos nadie".

La que había en el espejo era yo, y al mismo tiempo una yo pasada; ahora sin objetivos, sin ilusión; al fin y al cabo una yo vacía y tremendamente sola. Así que sin más volveré a mi cajita de zapatos con sus paredes azules.

miércoles, 11 de julio de 2007

Fragmentos de una memoria perdida

Si, fragmentos de una memoria perdida, de cosas que queremos olvidar o que simplemente nuestra mente borra por pura conveniencia. Volviendo a una realidad que un día decidimos dejar atrás, apreciando en cada detalle olvidado lo que otro tiempo fuimos, lo que ahora somos.
Desordena tu vida, empieza a acumular en cajas de cartón todo lo que en algún momento te gusto, te hizo sonreír o te ilusionó. Derrama lágrimas de sangre, si es necesario, por todo aquello que dejaste y ahora no puedes recuperar. Precinta esa vida y encierrala para siempre en un rincón de tu alma y de ese sitio al que llamas hogar; tal vez, el polvo pueda hacer mucho más para borrar su recuerdo que su simple presencia en ese entorno que consideraste tuyo. Hay tiempos que no vuelven, que se quedar inmersos en un profundo mar de sinsentidos, y otros que cual agujas afiladas se clavan en tu cuerpo cuando menos lo esperas. Pero al fin y al cabo son solo escenas que pasaron, si cierras los ojos desaparecen, y no volverán en un tiempo a hacer daño. Cada vez se perderán un poco más en tu memoria, y la marca que dejaron en ti se irá difuminando poco a poco, y con un poco de suerte, querido amigo, tal vez solo queden en una anécdota que ya no haga daño, por la que ya no sufras. Que triste, hacer que lo que un día fuimos quede solo en algo que nos provoque una timida sonrisa, que nos evoque una añoranza perdida... eso es crecer. Crecer en espíritu, en fuerza, en perseguir lo que somos y lo que en algun momento queremos ser.
Así, yo cerrare esta caja de recuerdos, pintaré una nueva luna en mi noche y vaciaré de sentido todo lo que un día sentí. Volveré a contemplar en mi ausencia las estrellas, perdida en lo que ya no soy y en lo que puedo ser. Cerraré estos ojos cansados de mirar en busca de nada, me embriagaré en el perfume de la noche, buscando con añoranza el olor a dama y azahar, soñando con tenderme en la hierba fresca del olvido y conservando el único recuerdo de la sensación de un abrazo.
Quita el polvo, recoge las malas sensaciones, limpia lo que un día fue puro y sencillo, ordena los pedazos que aún queden de tí, haz volar las dudas, cuelga nuevos recuerdos en ese lugar ahora vacío y por último, escribe un cuento...

lunes, 4 de junio de 2007

Una poesia sin nombre

Me veo, callada, ausente;
esperandote en cualquier lugar.
Espero, ansio, incosncientemente;
perdida en recuerdos inexistentes,
en sensaciones muertas.
Te huyo, deseo, me oculto;
de una calma intranquila,
de un ansia incontrolable.
Observo, intuyo, impaciente;
de una caricia del viento,
de un beso de agua.
Vigilia, sudor, hastio;
de una muerte anunciada,
de una espera interminable.

Tu, feliz.

Y cuando sacudo la cabeza, salen estas cosas ;P

miércoles, 4 de abril de 2007

El fin de un camino

Esta historia que aquí os dejo es fruto de una colaboración entre Astinus y yo; y tiene como base una conversación de Messenger en la cada uno asumió una de las posturas aquí presentadas (si, enfermos… lo sabemos ).Esperamos que os guste.


La noche era fría, sin luna. Una densa niebla comenzaba a arrastrarse en torno a los troncos de los árboles. El suelo estaba cubierto de hojas húmedas por casi todo el jardín, mientras la extraña pareja se acercaba a Johann con toda tranquilidad, casi con desdén.
La noche había sido larga para el joven soldado de Jürgand, pero no solo eso, sino también aterradora. Durante su entrenamiento le habían explicado que podía encontrarse en situaciones similares, separado de su grupo, acosado por enemigos superiores y sin posibilidad de contactar con la escuadra. En estos casos lo mejor era buscar un sitio seguro donde recuperar fuerzas y volver lo antes posible a la base madre. Conocía a la perfección el protocolo y trataba con todas sus fuerzas de llevarlo a cabo, pero aquella mujer no era común, eso desde luego. Parecía contener en si misma todos los conocimientos de la organización e incluso más, anulaba cualquier intento de usar sus capacidades sobrenaturales para escapar y ya había aprendido que un ataque frontal no era la mejor de las alternativas; el otro, el tipo de la gabardina blanca, impasible y mecánico en sus movimientos, y a la vez calmado y poseído por una fuerza que no era humana, podía detener cualquiera de sus envites sin tan siquiera sudar por el esfuerzo. Si aquello era el miedo, Johann estaba aprendiendo bien que significaba.
Los dos llegaron de nuevo a su altura, el soldado no podía continuar huyendo, sus niveles de energía estaban al mínimo y sabía que un nuevo intento de ataque fallaría, y tal vez, terminaría con su propia vida. Tan sólo le quedaba una alternativa, el diálogo, aunque tenía pocas esperanzas puestas en poder convencerla.

- Eso que quieres hacer no es justo, ni para ellos ni para los habitantes de Gaia.

Ella lo miró desde arriba, el joven estaba agachado, doblado por la cintura a causa de las heridas y el cansancio. Aquella misteriosa mujer comenzó a hablar, eran las primeras palabras que la escuchaba decir:

- La vida no es justa.

Aquella frase le traspasó, estaba acostumbrado a escuchar la voz profunda y poderosa de sus maestros, incluso de algunos dioses. Durante sus años de entrenamiento había podido comprobar como las simples palabras de una criatura de elevado poder eran capaces de mover realidades, pero la voz de ella iba más allá de todo eso. Dentro de la mortalidad del cuerpo que ocupaba, – si es que ese cuerpo podía resultar herido, ya que él desde luego no había conseguido hacerlo, – su tono iba más allá de lo posible. Era como si hablase directamente al corazón de su existencia. Johann comenzó a sudar, era un sudor frío y pegajoso, pero hizo acopio de valor y tras tomar aire un par de veces comenzó a hablar de nuevo:

- Lo que los habitantes de tierra viven y sienten no tiene nada que ver con esto, no puedes continuar con esta locura. Además no creo que te lo permitan, la humanidad tiene más recursos de los que imaginas.

Aquello podría haber parecido una amenaza, sin embargo no era más que un dato más, y de todos modos Eljared lo conocía.

- Si a ti ya te he vencido – sonrió - ¿qué crees que pueden hacer esos seres con conciencia? – tal vez fuese un juego, quizá aquel diálogo no era más que una farsa, pero era la única salida que le quedaba a Johann.

- Estoy seguro de que puedes manipularlos hasta el punto de que ni uno solo de ellos sepa hacia donde se dirige su destino, conocer su sociedad, su forma de vida, tan... – hizo una pausa para mirar los dispares ojos de ella, uno rojo y el otro dorado. En ese momento brillaban de manera extraña, con una chispa que iba más allá de lo mundano – tan interesantes, pero al mismo tiempo tan faltas de individualismo, controladas por entes superiores… ¿Es ese tu plan?

Por un momento el muchacho creyó que iba a comenzar a reír. No podía estar más equivocado. Las facciones de la mujer se tornaron un poco más duras y su sonrisa desapareció. Su voz sin embargo no cambió en absoluto.

- No, es mejor dejarlos sin un destino en el que poder auxiliarse, sin un pasado, sin un presente, y sin un futuro, tal como ellos hicieron conmigo; olvidando mi pasado, ignorando mi presente y ajenos a mi fin.

Cualquier Jürgand sabía que eso no debía hacerse, era una de las primeras cosas que les enseñaban, irrumpir en el destino de los hombres iba contra el Pacto. Por una fracción de segundo perdió los nervios.

- ¡Eso no puedes hacerlo, va en contra de todos los pactos que firmamos hace siglos! Y… - volvió a detenerse un momento para calmarse - ¿de verdad no ha habido nadie que te haya hecho pensar: "merecen la pena"?
- Nadie que aun exista.
- ¿Y el mundo en si mismo, tal como es ahora?
- La belleza de este mundo y el futuro es tan relativa como la subjetividad del que la contempla. ¿Y si el que la contemplase fuese totalmente objetivo? – Johann supo que hablaba de ella misma, se creía una diosa. No. Se creía superior a los mismos dioses…
- Nadie es totalmente objetivo y tú lo sabes. Los humanos necesitan esa libertad de la que disponen, llegado el tiempo correcto sabrán reaccionar, harán lo que deban y ese será su destino.

Era un argumento desesperado, fútil, pero contra aquella mujer era complicado elegir las palabras correctas, su simple presencia le incitaba a creer lo que ella decía. Sabía que era un truco. ¿O tal vez no?

- Inútiles incluso cuando se lo ponen fácil, les dieron la oportunidad de gobernarse a si mismos y la rechazaron.

Sentenció ella, recuperando de nuevo la sonrisa, aunque esta vez tenía algo extraño, quizá nostalgia. Johann creyó saber a que se debía y ensayó un nuevo ataque dialéctico.

- Incluso ellos necesitaban de un maestro y no te niego que pudo ser diferente, pero venció Giovanni. Eso fue lo que decidió su camino.
- No te pongas de su parte, ellos no necesitan ni merecen tu compasión.
- No es compasión, es comprensión... y creo que ahora mismo estamos en un punto en que la humanidad puede avanzar, librarse de algunas de sus cadenas, pero necesitan de toda la libertad que podamos darles.

Algo parecido a la ira asomó a los ojos de Eljared o al menos eso le pareció al muchacho. De todas maneras bien pudo haberlo malinterpretado puesto que dentro de su campo de visión, el hombre de la gabardina blanca había apoyado la mano izquierda sobre la empuñadura de la espada. Ella continuó hablando.

- Cada cadena rota ha sido reparada con eslabones mas fuertes, con estupideces mayores, les dimos un nuevo comienzo y volvieron a repetir los mismos errores con pautas distintas, intentaron hacer desaparecer la historia original con falsas religiones, tuvieron la ambrosia en sus manos y la arrojaron al mar.... Eso es el Sacro Santo Imperio de Abel, cerrar los ojos a una evidencia casi palpable, el fin de Gaia esta cerca, y será a manos de ellos mismos.

Cada vez lo acorralaba más, sentía que el poder de ella aprisionaba su voluntad, miró de nuevo a su impasible acompañante. De no ser por ese tipo podría tratar de atacarla, pero sus anteriores intentos habían sido en vano, él siempre se adelantaba. También podría haber intentado cambiar la realidad, encerrarlos a todos en una dimensión creada ex profeso para no dañar el mundo real, sin embargo sus anteriores intentos habían sido igualmente en vano. En cuanto comenzaba a concentrar la energía necesaria la presencia de aquella mujer se interponía a su poder, lo sometía y lo anulaba sin esfuerzo. Estaba perdido y le comenzaba a costar incluso pensar. ¿De donde salía una fuerza tan abrumadora como para amedrentar a un soldado como él?

- Algunos de ellos son diferentes, esa emperatriz, el príncipe Lucanor, Mathew Gaul... los líderes actuales del mundo pueden hacer grandes cosas, un poco más de tiempo podría bastar, ¿tan mal está la situación como para no poder dárselo?
- Para mi el tiempo no existe pero para Gaia si, ¿cuanto mas crees que es sostenible este desequilibrio? – de nuevo aquella sonrisa - Mi papel no es solo de juez sino también de verdugo. Una persona puede cambiar muchas cosas, pero ha llegado el momento de que sea escuchada. No he podido ponéroslo más fácil, esta es vuestra última elección, ¿que haréis ahora? ¿Volver a cerrar los ojos ante la evidencia?

Sin saber por que, aquello le había irritado. Aquella mujer tenía la fuerza necesaria para acabar con todo o para dejarlo tal cual estaba, pero eso era ¿imposible?.

- ¡No hay tal evidencia, no es tan inmediato como intentas hacer ver, pero aunque lo fuese, podrías usar tu talento para retrasarlo, en lugar de provocar más caos! – Elevó la voz más de lo que pretendía, cerró los puños y se puso en tensión - ¿Acaso en todos estos años no has encontrado nada por lo que merezcan una nueva oportunidad?

Eljared lo miró casi con desdén, pero la reacción de su acompañante fue la que lo hizo retroceder, su simple mirada vacía de todo sentimiento le golpeó como un yunque. Supo al instante que si no cambiaba su postura acabaría clavado en el árbol más cercano. Ella se le acercó conciliadora y le puso una mano tibia en la frente. Johann no pudo moverse.

- Cierra los ojos, profundamente, abstráete... ¿De verdad no la escuchas gritar? ¿Cuanto tiempo podréis ignorar su agonía? ¿Cuanto más podréis retener ese sufrimiento?

Ciertamente, lo sintió. La conciencia de ella le transportó por sobre mares y montañas, lo vio todo al mismo tiempo y escuchó el grito silencioso de la tierra, de la mismísima realidad. Sin embargo era algo que ya conocía, aunque no lo hubiese vivido de esa forma.

- Sus heridas pueden sanarse con el tratamiento adecuado, ya lo hicimos una vez, aunque la solución no fue perfecta, ahora podríamos hacerlo mejor si trabajamos juntos en ello. – dijo, esperando que ella comprendiese su postura.
- Vuestras barreras empiezan a resquebrajarse – la voz de ella sonó tajante.
- Pueden volver a forjarse. Reconozco que tal vez haya algunos desperfectos, pero podremos contener la mayor parte del problema y el mundo seguirá, como ha seguido existiendo durante casi mil años.

La voz de Johann estaba ya llena de desesperación, sabía cual sería el final de la conversación, ella se lo había dejado ver cuando lo había tocado.

- Ese es el error, vuestro estúpido error. Ciegos, necios. El mundo seguirá existiendo como siempre… El mundo nunca será el mismo, nunca lo ha sido, vosotros olvidáis, ignoráis vuestra propia historia, pero ella la recuerda, y sufre cada día por vuestra dejadez. Jamás llegareis a entender ese dolor.
- ¡Podríamos aprender! – rugió él
- ¿Como? – tras eso rió, con unas carcajadas limpias, sinceras.
- Tú podrías ayudarnos a hacerlo.

La falta de control era ya total en el muchacho. La mujer se calmó, dejó de reír y su actitud volvió a ser la que había sido durante toda la entrevista, entonces le dijo:

- Os he echo repetir los mismos ciclos y seguís sin entenderlo, he puesto la llave de vuestro conocimiento en manos que son capaces de utilizarlo, os he echo caer para ver si reaccionabais, muchos siglos han pasado y ya habéis desperdiciado demasiadas oportunidades. Se acabó, esta conversación no tiene sentido. Si preferís vivir en vuestra ignorancia, no seré yo quien os despierte de vuestro utópico sueño. Seréis vosotros los que sufriréis por el daño infligido.

Poco quedaba ya por decir y el chico notaba que su fin estaba próximo, sin embargo lo intentó una vez más

- Estás equivocada, el mundo ha avanzado, ha cambiado y cada vez va mejor, ahora se cernía una nueva era sobre todos los habitantes de Gaia y fuiste tu la que obligó a la historia a dirigirse en esta dirección. Eres tu la que sembraste el caos. No ayudaste a la humanidad.
- Sigues sin entenderlo... lo hice.

Tras esto ella se giró y comenzó a caminar hacia los árboles. Una energía que no era de este mundo – y posiblemente de ningún otro en concreto – comenzó a fluir por el cuerpo de Johann, no tenía posibilidad alguna de vencer, pero no iba a dejarse matar sin presentar resistencia. Tampoco le sirvió de mucho.

Al cabo de unos minutos Némesis dio alcance a su señora, ella le hizo un gesto y él entregó lo que llevaba en la mano.

La noche llegaba a su cenit, y mientras la niebla cubría aún el paraje ambas figuras caminaban en silencio. Aquel muchacho la había hecho revivir recuerdos o más bien, pensamientos, que se mantenían perdidos como fragmentos de su memoria. ¿Hasta que punto los habitantes de Gaïa estarían dispuestos a luchar por sus vidas?, pronto lo sabría. De momento aquel joven soldado le mostró una resistencia y firmeza que hacía siglos que no había podido contemplar. Sus palabras, aún siendo fruto de la desesperación, contenían un grado de confianza en la humanidad. Tal vez, en otro tiempo, incluso podría haberla hecho dudar. Pero lamentablemente, aquella época ya había pasado. Una leve sonrisa se perfiló en sus labios:

- Un alma con esperanza…- se la escuchó susurrar.

Ahora solo tenían que volver sobre sus pasos, preparar la emboscada y esperar a que se presentase el Patriarca.


PD. Hay demasiada poesía en Gaïa como para ignorarla.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Y esperando a inglés...

Hace tiempo borré todo lo que quedaba de mí,
Cerré los ojos y desaparecí.
De mi alma no quedo más que la esencia,
Y de mi recuerdo ni una sola imagen.
Hace poco resurgí de mis cenizas,
Hace nada volví a abrir los ojos.
De la forma de mi cuerpo ya no quedo ruido,
De mi esencia solo quedó viento.

Elhazzared

sábado, 3 de marzo de 2007

Una Historia de Elhazzared

El camino había sido largo, desde aquella noche todo se teñía con un matiz distinto. La ciudad de Sherena era una mágica ensoñación para cualquier visitante, pero para ella eso no importaba, había algo familiar en aquel entorno, debajo de la fría roca que les rodeaba…

Todo Gaïa había temblado, no podía verlo, pero pudo sentirlo en su interior, como había sentido tantas otras veces, la vida lejos, haya donde ella no podía tocarla. Sentía los grandes poderes, los enfrentamientos de los seres que poblaban toda la realidad, el batir de las alas de un pájaro… lo sentía todo pero no había vivido nada. Tan solo era una espectadora pasiva de lo que ocurría a miles de kilómetros de ella, encerrada en un lugar donde paradójicamente puede que fuera el ser más libre y el más consciente de lo que ocurría en Gaïa.

Eso cambió, todo cambió radicalmente ese día. Gaïa había temblado, y el ser que en la distancia compartió su celda ya no se encontraba en ningún sitio, por mucho que lo buscase en su inconsciencia, el había desaparecido. Lo último que quedaba de este ser fueron unas promesas incumplidas, una conciencia desaparecida y un nombre:

- Y tu nombre será Elhazzared, que significa “El Paraíso Perdido”.

Elhazzared… después de tanto tiempo todo lo que para ella era conocido, toda la percepción que tenia del mundo, su forma, sus habitantes, ya no podía ser concebida desde su nuevo estado. Pasó entonces a una confusión que inundaba una materialidad que no reconocía como suya.

Todo lo que la rodeaba, era confuso, oscuro…

El suelo estaba frío… Frío, conocía esa palabra pero nunca había experimentado esa sensación. ¿Qué era lo que pasaba?, ¿por qué no podía controlar, su…? Su cuerpo. ¿Desde cuando ella poseía cuerpo? Miró hacia el suelo y fue consciente de su materialidad más allá de una mera percepción. Fijó la vista en sus manos, eran pequeñas… posteriormente no recordaría cuanto tiempo estuvo observándolas. Sentía frío, estaba desnuda, de pie, tiritando… sus largos cabellos se encontraban mojados y se pegaban al cuerpo formando casi un velo de protección natural. Pero toda ella estaba empapada y sentía por primera vez en su existencia: frío.

Contempló lo que le rodeaba, todo a su alrededor estaba repleto de sangre, trozos de cristal y del mismo líquido que envolvía ahora su cuerpo, entorno a ella todo era conocido y a la vez extraño. Observaba la escena con la mirada del que abre por primera vez los ojos. En su confusión dio un paso, temblorosa, saliendo de lo que parecía ser el contenedor del líquido que la empapaba y posiblemente el antiguo dueño de la forma final de los cristales que se confundían a su paso. Mientras avanzaba y bajo sus pies descalzos se clavaban miles aristas afiladas, vio algo que llamó su atención en el suelo. Un inexplicable impulso le hizo agacharse a recogerlo, aquello distaba mucho de todo lo que la rodeaba, como la pieza de un puzzle que no llega a encajar. Era, una pluma. Solo entonces, de rodillas en el frío suelo se dio cuenta de que parte de su cuerpo, así como sus manos, estaban impregnados de sangre. Una lágrima recorrió su mejilla…

- ¿Quién... soy?

- ¿Mi señora?

- Es hora de irnos, prepáralo todo. Partiremos esta misma noche, mucho antes de que la luz del alba toque el horizonte. Hoy la luna esta ensangrentada, es el momento…

- ¿La reunión de mañana entonces?

- Ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer aquí, que esos ilusos esperen. Nos vamos.

sábado, 24 de febrero de 2007

The Sound of Music

Es increible como dia a dia la inspiración puede surgir de cada esquina, cuando menos te lo esperas, a lo largo de estas dos semanas que llevo sin escribir han pasado por mi cabeza miles de temas, de ideas, de esencias de la propia vida... pero ahora que me encuentro frente al ordenador todos ellos han desaparecido.
Recuerdo vagamente su existencia e incluso puedo recordar los sentimientos asociados a ellos, la ilusión y el ansia por escribir. Y ahora nada, ni besos, ni olores, ni sensaciones, ni nada tan relevante como para que me apetezca escribir. Aiiins musa inspiración, ¿por que juegas conmigo? Por este motivo y a la espera de que ella me deje acunarla tan solo se me ocurre citar a uno de mis autores favoritos Paulo Coello.
"Todos los dias Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana. Pero quien presta atencion a su día, descubre el instante mágico. [...] Ese momento existe: un momento en el que toda la fuerza de las estrellas pasa a través de nosotros y nos permite hacer milagros." A orillas del río piedra me sente y lloré. Paulo Coello.
Mis pequeños, os reto a descubrir ese instante mágico en este día...

viernes, 9 de febrero de 2007

¿Por qué Elhazzared?

Elhazzared es el nombre de mi renacimiento como tal. Hay ocasiones en que cualquier ser humano se encuentra perdido, no hay luz, solo oscuridad. Cada paso se vuelve más pesado que el anterior y parece que una inercia sin sentido te obliga a seguir adelante. Tomas cada día como el anterior, cada hora como la pasada y te encuentras tan absorto en tu desdicha que no ves lo que verdaderamente te rodea, tal y como augura el cinco de copas en el tarot.
Pero ocurre que un día cualquiera un rayo de luz atraviesa esa envolvente de apatía que te rodeaba y casi llegaba a ser parte de ti. Puede ser tan solo una palabra, una relación que creías perdida, una sencilla ilusión, un reencuentro o simplemente el hecho de que despues de varios días nublados un rayo de sol te de en la cara. Hoy quiero agradecer, a esa mirada amiga, a esa presencia constante, a ese apoyo incondicional, a esa compañia inexistente, el milagro de volver a tener ilusión.
La ilusión es algo curioso, aparece de improviso y adopta la forma más insospechada. En algún momento del camino te das cuenta de que perdíste algo importante, de que ya no eras quien creías ser ni tampoco la sombra de lo que fuiste. En ese momento te replanteas tu propia existencia, todo lo que te rodea, hasta llegar a lo mas insignificante. Hace poco un amigo me pregunto cuales eran mis aficiones y no supe que responderle, se generó en ese momento un punto de inflexión. Estaba tan absorta en mi día a día que había dejado a un lado mi vida y ya no recordaba que es lo que un día me hizo ilusión.
No estaba dispuesta a permitir que una situación como la anterior se volviese a repetir, se retorcieron en mi sentimientos dormidos y en ese momento recorde las palabras de una gran amiga. Necesitaba volver a vivir, volver a recuperar todo aquello que me hacía sentir viva, y porque no, volverme un poco loca...
En estos últimos días he intentado hacer todo aquello que deje de hacer hace mucho, recuperando la alegría que me proporcionan cosas que a otros pueden parecerles absurdas y que, personalmente, me hacen feliz.
En ese punto encontré este nombre: Elhazzared ,"el paraíso perdido", he intentando recuperar mi propio paraíso perdido he decidido elegir este nombre para cumplir, en cierto modo, parte de mis sueños.
PD. Elhazzared es el nombre de un personaje del libro Gaia de Anima Studio.

Renacer

Elhazzared es el nombre de mi renacimiento. Para que algo sea creado, algo debe desaparecer, no solo morir, la creación de algo requiere un sacrificio mayor que la propia muerte. Este mundo y sus colindantes exigen mantener un equilibrio, la realidad tal como la concebimos necesita ese estado. Pero a veces los equilibrios son tan frágiles como puede llegar a serlo un diamante. Fríos, hermosos, brillantes, admirados, tallados por las manos mas expertas con la sola necesidad de la perfeccion de lo creado, para asi poder contemplar todas las facetas de una misma obra...pero al fin y al cabo si se perturba el estado mismo de la esencia de esa creación acaba, como todo, rompiendose en mil pedazos...
Aun así, la caída de este mundo no será una caída vertiginosa para los ojos expertos, para ellos será producto de una larga decadencia, lejos de pensar que alguien puede manejar los hilos de toda una realidad. Ignorantes.

Fui creada, estoy vacía, todo lo que hubo antes de mi es inexistente, lo que se avecina, es un misterio, al menos para vosotros. A fin de cuentas sois solo seres limitados por una conciencia.