sábado, 24 de noviembre de 2007

¿Dos mundos o uno solo?

Una figura se desdibuja en el bosque, ante las aguas heladas del arroyo aparece reflejada la silueta de una mujer. Se encuentra arrodillada frente al ahora pétreo elemento, mientras examina con detenimiento una imagen en su inmóvil lecho. La noche es fría y sin estrellas, una noche vacía, o al menos así parece sentirla ella.


De repente, el crujido de una rama desvía por un momento su atención, aunque ni siquiera hace el intento de moverse; tranquila, sigue contemplando ante las aguas, ahora, su pálido reflejo.


_ ¿A qué estas esperando?_comenta una voz ya familiar.


La Dama tan solo esboza una contenida sonrisa, mientras elude contestar la pregunta. Sentada sobre una de las ramas más altas del viejo roble, que ampara este paraje, se puede entrever una figura de silueta menuda. Esta se camufla en la noche gracias al negro azabache de sus escasos ropajes.


_ ¿A qué estas esperando?_ repite de nuevo la voz; esta vez con uno tono burlón.


Sin desviar la mirada de su reflejo ella contesta:


_ No lo sé.


Una risa aguda cubre ahora los recónditos lugares de este mágico bosque, mientras el eco de la misma empieza a perderse en la lejanía. La menuda figura empieza a balancearse en las ramas del roble hasta quedar suspendida cabeza abajo solo sustentada por sus piernas. El brillo de la creciente Luna permite ahora apreciar su larga melena color plata ondeando al compás de la suave brisa, mientras sus cabellos se enredan en los nuevos brotes del árbol.


_ No puedes esperar aquí eternamente_ replica.


La figura que descansaba junto al arroyo extiende en ese instante su mano hacia las congeladas aguas, que al contacto con sus dedos vuelven a recuperar su forma líquida. Unas suaves ondas empiezan a dibujarse, mientras se van aclarando se puede observar como una nueva imagen aparece reflejada en ellas.


En esta se podía observar a un guerrero agotado, sus vestimentas raídas concordaban con el paisaje desértico en el que se encontraba. Abatido, había detenido su camino para reflexionar, dudando a cerca de si habían merecido la pena tantas batallas libradas… En su rostro se reflejaba un gran sentimiento de pérdida.


Mientras tanto, en el bosque, la Dama a los pies del río contemplaba esa imagen tan familiar y a la vez ajena. Una imagen que había observado durante siglos, un espíritu que siempre le había acompañado, y al que siempre había protegido aún sin el conocerla.


_ Tal vez sea el momento adecuado_ vuelve a replicar la burlona voz colgada del roble.


Tras estas palabras la Dama vestida de blanco se incorpora lentamente sin perder de vista la imagen que las aguas, otrora heladas, le ofrecen. Extiende su mano frente al arroyo y empieza a dibujar con suaves movimientos un portal acompasado por las cristalinas gotas del estanque. Como tantas otras veces ante ella el mundo conocido comienza a cambiar, pero en esta ocasión todo es distinto, en esta ocasión todo tiene otro sentido. En unos instantes se encuentra en una llanura llena de todas las flores conocidas y por conocer, enmarcada en un cielo verdoso de nubes imposibles.


En la distancia puede observar al guerrero al que tantas veces había acompañado en silencio…



El bosque tiene otro matiz, frente al ahora ya vivo arroyo la Dama se recuesta junto al roble, en el que ya no se encuentra pequeña figura de plateado cabello. Lo que antes estaba muerto, ahora vuelve a tener vida; lo que antes estaba vacío ahora se llena con los sonidos de la noche. El murmullo del agua corriendo alegremente completa el idílico paisaje.


Entre tanto, a través de la abundante vegetación, una pequeña silueta inquieta se dirige a las lindes del bosque. Aquellas que para los seres que desconocen de su existencia nunca se muestran. Cuando llega a las ramas del último y primer árbol de la extensión, se detiene como en busca de algo.


No muy lejos, un desconcertado guerrero parece despertar de un sueño. Se encuentra perdido, en un lugar que desconoce pero que no le ofrece desconfianza. Ante el empieza a matizarse la frondosa estructura del lugar, como si de un espejismo se tratara.


Cuando por fin, la imagen aparece nítida ante sus ojos, puede observar como en lo alto de una rama, una muchacha menuda lo mira con una sonrisa pícara.


_Es curioso_ piensa. Pero ese ser le resulta extrañamente familiar.


En ese momento, sin saber muy bien el porque, decide acercarse al borde del lugar; en cuanto se encuentra a una distancia razonable el ser que lo observa desde las alturas dice:


_ Te estábamos esperando. Si quieres encontrar lo que realmente buscas, solo sígueme._


Y sin más comentarios, esta emprende una marcha saltando a través de las ramas de los árboles. El guerrero, aún sin dar crédito a lo que esta viendo, no duda en seguirla a través de los senderos de tan recóndito lugar. Transcurrido un cierto tiempo llega a un claro en el cual se pueden apreciar las ruinas de lo que antes fuese la fuente de un castillo… Se encuentra nervioso ya que cree haber perdido a su guía, pero en ese preciso instante, esta reaparece encaramada a los bordes de la fuente.


_ A partir de ahora, te toca a ti. Tu eliges cual es tu camino _ dice.


Y sin más desapareció de su vista…

2 comentarios:

Astinus dijo...

Algunos... esperamos más entradas ;)

olecram dijo...

Es un bonito regalo .