miércoles, 12 de mayo de 2010

Deriva

A la deriva, según la RAE, " Sin dirección o propósito fijo. A merced de las circunstancias." Este post iba a centrarse en una de las actividades que más me ha apasionado a lo largo de estos últimos años, un ejercicio que lleva por nombre estas palabras.


En términos arquitectónicos La deriva consiste en partir de un punto cualquiera de una ciudad, siguiendo o no un recorrido predeterminado, y observar todo lo que ese recorrido puede ofrecernos. La primera vez que realicé una, el objetivo principal era hacer un análisis de los edificios que marcaban nuestro camino. Estos nos contaron con su presencia, sus estilos y su construcción las diferentes épocas a través de las cuales se había ido formando parte de la ciudad de Sevilla. Esa primera deriva fue intencionada, nuestros pasos fueron premeditados y marcaron el comienzo de lo que posteriormente haría sin tan siquiera plantearmelo.


Todos hemos hecho una deriva en alguna ocasión, tal vez perdidos en mitad de una ciudad que desconocemos, quizás consciente o en el fondo, inconscientemente. Muchos nos hemos perdido en nuestras propias ciudades redescubriendo detalles que creiamos olvidados, o sensaciones perdidas. Hemos disfrutado con olores inesperados o nos hemos sorprendido con sonidos que quedaron sofocados por nuestra memoria, embriagandonos en esa sensación de perdida y reencuentro.


Hay muchos tipos de deriva, las que tienen un fin cultural, aquellas que persiguen apaciguar nuestras almas, las que buscan recuerdos acallados por el paso del tiempo... y también estan las que no persiguen nada salvo el placer de sentirte perdido... Estas últimas son posiblemente mis preferidas, ya que a través de ellas puedes aunar todas las anteriores. Porque, seamos sinceros, solo estas son capaces de adquirir el sentido total de su acepción. "Sin dirección o propósito fijo. A merced de las circunstancias." Y es realmente el "a merced de las circunstancias" lo que merece la pena probar.

No me recrearé en los detalles de las muchas derivas que he hecho a lo largo de estos años porque prefiero que seais vosotros mismos los que, incitados por estas palabras y con ellas en mente, seais los que experimenteis en vuestro propio cuerpo esta sensación de deriva... y si quereis, ya me contareis que tal.


Por último cerraré este post con algo muy distinto... pues lo que siento en este momento es otro tipo de deriva.



A la deriva


Callada y ausente,

Silenciosa alma ahogada;

palabras que se llevo el viento,

susurros que no evocan nada.


Mecido mar de olas calmas,

ojos sin mirar al alba,

pequeño barco;

ni capitan, ni rumbo;

tus remos flotando en el agua.


Cuna de azules intensos,

plañidera espuma que no sabe nada;

opaco cielo de luces,

nana de una tumba helada.


A la deriva...

A la deriva va mi alma.


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